Apóstoles de América

Recorremos las últimas semanas de vida de la Reina Isabel que prepara los asuntos de la herencia y la política en el Reino, los detalles para su enterramiento en Granada y dispone su alma para bien morir, con un magnífico testamento dictado el 12 de octubre y codicilo redactado 3 días antes de su muerte, donde vuelve a acordarse de los indios, de sus derechos y dignidad, ordenando no se les haga daño alguno en sus personas y bienes y sean bien y justamente tratados. En la fría mañana del 26 de noviembre entrega el alma, rodeada por el rey Fernando y sus súbditos, que se lamentan y expresan el dolor por su pérdida y la certeza de su gloria en el cielo.

Colón, que ha quedado atrapado con sus 110 hombres, en la isla de Jamaica, sufre la rebelión de los hermanos Porras y parte de sus hombres, hasta conseguir aplacarlos y también se las ingenia para sobrevivir, durante un eclipse de luna haciendo creer a los indígenas que sus dioses están enfadados por no alimentar a los españoles y consigue así asegurar la subsistencia. Mientras tanto, en el interior de la isla de la Española, continúan los combates contra los indios que atacan a los españoles, tras sufrir abusos por parte de éstos, y varios de los caciques van a ser apresados y ajusticiados. La terrible muerte de la Reina Anacaona, va a ser muy sentida por la Reina Isabel, que pronto volverá a dictar leyes protectoras para los indios. Finalmente Colón y sus hombres serán rescatados, y en agosto de 1504 volverán a la Española.

Volvemos a recordar los momentos más peligrosos del cuarto viaje de Colón, con el contacto con los indios guaymíes en las costas de Panamá, con el enfrentamiento con los indígenas dirigidos por el cacique Quibián, y la huida milagrosa de los españoles que pierden todos los barcos y se quedan inmovilizados en la isla de Jamaica. La única oportunidad de ser encontrados es llegar a la isla de la Española y Diego Méndez se ofrece a hacerlo en una canoa. Toda una proeza que logra y tras muchos meses de espera puede enviar dos barcos para salvar la vida de Colón y sus 130 hombres. Entre tanto, en la Corte, detenida en Medina del Campo por la avanzada enfermedad de la Reina, el Palacio de la plaza ya está acondicionado y se disponen a celebrar la Semana Santa de 1504, la última de la vida de la Reina Isabel.

Repasamos las Instrucciones y poderes dados por los Reyes al nuevo gobernador de las Indias, Juan de Bobadilla. En su expedición viajarán para ayudarle, seis religiosos, un benedictino y cinco franciscanos. Y mientras el ermitaño fray Ramón Pané, continúa entre los nativos, hablando su lengua nahuatl y bautizando nuevos catecúmenos indígenas, el grupo de franciscanos va a atender a los españoles e indios, acercándose a los niños con regalos llamativos y a los enfermos con medicinas. Aunque los privilegios de Colón son confirmados por sus Altezas, perderá el monopolio de las expediciones, por lo que nuevos marineros como Pero Alonso Niño, Vicente Yáñez Pinzón, Alonso de Ojeda y Juan de la Cosa, entre otros, iniciarán expediciones menores que darán importantes resultados en el caso de los 2 últimos, en riquezas y descubrimientos geográficos, a lo largo de las costas de Venezuela. Entra en escena Américo Vespuccio, empresario y astuto mercader que pondrá sus ojos en las nuevas tierras descubiertas.

Volvemos a recordar los momentos más peligrosos del cuarto viaje de Colón, con el contacto con los indios guaymíes en las costas de Panamá, con el enfrentamiento con los indígenas dirigidos por el cacique Quibián, y la huida milagrosa de los españoles que pierden todos los barcos y se quedan inmovilizados en la isla de Jamaica. La única oportunidad de ser encontrados es llegar a la isla de la Española y Diego Méndez se ofrece a hacerlo en una canoa. Toda una proeza que logra y tras muchos meses de espera puede enviar dos barcos para salvar la vida de Colón y sus 130 hombres. Entre tanto, en la Corte, detenida en Medina del Campo por la avanzada enfermedad de la Reina, el Palacio de la plaza ya está acondicionado y se disponen a celebrar la Semana Santa de 1504, la última de la vida de la Reina Isabel.

La Reina llega a Medina del Campo para prepararse para bien morir y dejar todas sus disposiciones de gobierno y testamento. La ciudad es la cuna del comercio con Flandes y la riqueza de los gremios se muestra en la calle principal y en la Plaza Mayor. Pero su pensamiento vuelve a las tierras de las Indias, donde intenta ordenar la vida de sus nuevos súbditos, los indios, como hombres libres pero forzándoles a trabajar a cambio de un salario justo, por la nueva Real provisión de 20 de diciembre de 1503, dando lugar a la legalización de los repartimientos. Ovando, El gobernador pondrá en práctica estas instrucciones repartiendo a los indios, conquistando poblados indígenas, y construyendo nuevas ciudades con iglesia, escuela y hospital, donde convivan indios y españoles.

Transcurre el año 1503 con Colón embarcado en su cuarto y último viaje. Ha recorrido las costas de América Central buscando el paso al mar de Oriente, sin encontrarlo, y ha renunciado a ello, intentando sobrevivir entre las tempestades, los ataques de los indios, la escasez de alimentos y la broma que devora las embarcaciones, hasta el punto que deben ser abandonadas y deberá intentar llegar a la Española en canoa. En la Corte de España, la Reina Isabel emprende su último viaje hacia Medina del Campo, donde ha dispuesto pasar sus últimos meses de vida y prepararse para bien morir.

Acompañamos a Colón en su cuarto viaje por la isla de Cuba y Jamaica y por las costas de Honduras y Panamá, donde vivirá situaciones límite por las tormentas y el deterioro de sus barcos tras el terrible huracán de julio de 1502, al tiempo que contacta con los indígenas del continente que le dan noticia de una cultura superior, mientras es testigo de sus construcciones, mausoleos, tejidos de algodón y piezas de oro. Asistimos a la ceremonia del juramento como princesa de Asturias y por tanto, heredera de doña Juana, la tercera hija de los Reyes Católicos, en la Catedral de Toledo, junto a su esposo el archiduque Felipe el Hermoso, quien no muestra conformidad con su papel de consorte, y amenaza con destruir la obra y política de los reyes Católicos. Mientras, en la isla de la Española, el nuevo gobernador Ovando inicia la fundación de nuevas ciudades y los preparativos para la construcción del primer hospital de América en Santo Domingo, con la ayuda de la comunidad franciscana.

Llegamos al año 1502 y los preparativos del cuarto viaje de Colón se ponen en marcha. Conocemos la lista de pasajeros y la presencia de numerosos extranjeros, sobre todo genoveses. Mientras tanto, en Las Indias, el nuevo gobernador Ovando ha realizado el juicio de residencia a Bobadilla, su predecesor en el cargo y la flota que le traía está preparada para partir. Al llegar Colón, le advierte de la amenaza de un inminente huracán y haciendo caso omiso ordena la salida de la flota que sufre el mayor desastre de todos los sucedidos en América: el hundimiento de más de 20 barcos, la muerte de 500 hombres y la pérdida de toda la riqueza acumulada hasta entonces. En Castilla, ese año es el del juramento de los archiduques Juana de Castilla y Felipe el Hermoso, como príncipes herederos de Castilla, y Felipe se dispone a recorrer desde Flandes los caminos de Castilla hasta llegar a Toledo, al encuentro de los Reyes Católicos, para la ceremonia que ha de celebrarse en mayo, en la Catedral.