Filtra per genere

Cuentos para bebés y Niños

Cuentos para bebés y Niños

Jhon Mayer

Cuentos para bebés

169 - El perro Viriato, el dino Tito y los cristales mágicos
0:00 / 0:00
1x
  • 169 - El perro Viriato, el dino Tito y los cristales mágicos

    El perro Viriato, el dino Tito y los cristales mágicos

    Fri, 03 May 2024
  • 168 - El perro Viriato y el dino Tito

    El perro Viriato y el dino Tito

    Fri, 03 May 2024
  • 167 - El pesca Estrellas

    Había una vez, en un pequeño pueblo costero llamado Bahía de Esperanza, un pescador llamado Mateo. Mateo era conocido por su valentía y espíritu aventurero, pero lo que realmente lo diferenciaba de los demás era su habilidad para pescar estrellas. Sí, estrellas. No eran estrellas comunes y corrientes que brillaban en el cielo, sino estrellas mágicas que se habían perdido en el mundo humano. Estas estrellas tenían el poder de conceder deseos y traer alegría a quienes las encontraran. Una noche, mientras Mateo lanzaba su red al mar, notó un brillo inusual en el agua. Con curiosidad, tiró de la red y, para su sorpresa, ¡encontró una estrella mágica! Emitía una luz brillante y destellante en tonos dorados y azules. Emocionado, Mateo decidió llevar la estrella a su hogar. Sabía que tenía la responsabilidad de cuidarla y protegerla, ya que esa estrella representaba la esperanza y los sueños de muchas personas. Con el tiempo, Mateo se convirtió en el Pescador de Estrellas, un héroe local que buscaba y recolectaba estrellas mágicas perdidas. Cada noche, salía al mar en su pequeña embarcación, con su red y su linterna especial que guiaba su camino. Navegaba por los siete mares, explorando islas desconocidas y cuevas ocultas en busca de estas preciosas estrellas. A lo largo de sus viajes, se encontró con criaturas marinas mágicas, como sirenas y tritones, quienes le ayudaban en su misión, guiándolo hacia las estrellas perdidas. Mateo no solo coleccionaba estrellas mágicas, sino que también ayudaba a las personas de Bahía de Esperanza a hacer realidad sus deseos. Escuchaba sus anhelos más profundos y, con la ayuda de las estrellas, los convertía en realidad. Desde curar enfermedades hasta encontrar el amor verdadero, Mateo tocaba los corazones de todos aquellos que conocía. Sin embargo, a medida que el rumor de los poderes mágicos de Mateo se extendía, también llegaron aquellos que codiciaban el poder de las estrellas. Un malvado hechicero, conocido como el Oscuro, se enteró de la existencia de Mateo y decidió robar sus estrellas mágicas para sus propios fines maléficos. El Oscuro envió a sus secuaces para capturar a Mateo y apoderarse de las estrellas. Pero Mateo, con su valentía y astucia, logró escapar y se embarcó en una última misión para proteger a las estrellas y a su pueblo. Se enfrentó al Oscuro en una batalla épica en lo más profundo del océano. Las estrellas mágicas brillaban intensamente, otorgándole a Mateo un poder indescriptible. Luchó con coraje y determinación, utilizando su red y su linterna para derrotar al Oscuro y liberar a las estrellas que había robado. Cuando la batalla llegó a su fin, el mar se calmó y el sol volvió a brillar en Bahía de Esperanza. Mateo, exhausto pero lleno de gratitud, devolvió las estrellas mágicas al océano, dejando que volvieran a su hogar en el cielo. A partir de ese día, Mateo siguió siendo el Pescador de Estrellas, pero su misión cambió. En lugar de coleccionar estrellas, se dedicó a difundir esperanza y alegría en su comunidad. Ayudó a reconstruir el pueblo y creó un refugio para los necesitados, donde todos eran bienvenidos y sus sueños podían hacerse realidad. La leyenda del Pescador de Estrellas se transmitió de generación en generación, recordando a las personas que, aunque las estrellas estuvieran fuera de su alcance, siempre habría alguien dispuesto a luchar por sus sueños y traer un poco de magia al mundo. Y así, el Pescador de Estrellas dejó una huella imborrable en Bahía de Esperanza, uniendo a las personas en la creencia de que, incluso en los momentos más oscuros, siempre hay una luz brillante que puede guiar nuestro camino.José Pardal

    Thu, 02 May 2024
  • 166 - La niña y las abejas

    Había una vez una niña llamada Lola que vivía en Alicante, España. Lola era una niña curiosa y llena de energía que disfrutaba explorar y jugar en su habitación. Un día, mientras jugaba de espaldas a su armario, notó algo extraño. Al mirar hacia la pared, vio una gran cantidad de insectos moviéndose frenéticamente. Lola se asustó y corrió a contarle a su madre, Laura, sobre los "monstruos" que había encontrado en su habitación. Sin embargo, su madre pensó que Lola solo estaba imaginando cosas y le aseguró que no había nada de qué preocuparse. Le dio a Lola una botella de agua y le dijo que era un spray mágico para asustar a los monstruos. A medida que pasaban los meses, Lola seguía insistiendo en que había algo en su armario. Su madre comenzó a notar enjambres de abejas cerca del techo de la casa y en la chimenea. Recordó haber leído sobre un caso similar en Estados Unidos, donde miles de abejas invadieron el cuarto de una niña. Con esta idea en mente, decidió investigar más a fondo. Laura llamó a una empresa de control de plagas en Alicante, quienes confirmaron que las abejas eran abejas melíferas, una especie protegida en España. Preocupada por la seguridad de su hija, Laura decidió contactar a un apicultor local para que ayudara a resolver el problema. El apicultor inspeccionó la habitación de Lola con una cámara térmica. Al igual que en el caso de la niña en Estados Unidos, la imagen reveló un agujero en la pared, del tamaño de una moneda, cerca de una rejilla de ventilación. El apicultor quedó sorprendido al descubrir que las abejas habían construido una enorme colmena dentro de la pared. Decidido a resolver el problema, el apicultor abrió cuidadosamente la pared y se encontró con un imponente panal lleno de abejas. Las abejas salieron en grandes enjambres, creando una escena impresionante pero aterradora. El apicultor trabajó diligentemente para extraer a las abejas de manera segura, utilizando técnicas especiales de aspiración y trasladándolas a un santuario de abejas. Desafortunadamente, el hogar de Lola sufrió daños significativos debido a la presencia de las abejas y su colmena. La miel y las abejas habían dañado el cableado eléctrico de la casa, y la familia se dio cuenta de que su seguro de hogar no cubría los daños causados por plagas. Laura calculó que los daños ascendían a más de 20.000 euros. Para proteger a Lola y evitar que las abejas volvieran, tuvieron que cubrir la habitación con plásticos y realizar reparaciones en la casa. A pesar de la experiencia aterradora, Lola y su familia aprendieron mucho sobre la importancia de preservar y proteger a las abejas. Comenzaron a tomar medidas para crear un ambiente amigable para las abejas en su jardín, plantando flores y evitando el uso de pesticidas dañinos. Lola siempre recordará la historia de las abejas en la pared como una aventura inusual, pero también como un recordatorio de la importancia de cuidar y respetar a los seres vivos que comparten nuestro entorno.José Pardal

    Thu, 02 May 2024
  • 165 - La cabra Manola y la oveja cloti

    Había una vez en un lejano prado, un grupo de animales que vivían en armonía. Entre ellos se encontraba una cabra llamada Manola, una oveja llamada Cloti y un enjambre de moscas con un malvado plan en mente. Manola, una cabra valiente y curiosa, siempre estaba dispuesta a explorar y descubrir nuevas aventuras. Cloti, una oveja amable y soñadora, solía pasar sus días pastando en el prado y disfrutando de las suaves brisas. Ambas eran amigas inseparables y siempre se cuidaban mutuamente. Sin embargo, en lo más profundo del enjambre de moscas doradas, un grupo de moscas maliciosas soñaba con asolar a Cloti, la oveja. Estas moscas, lideradas por la astuta Moscaria, anhelaban causarle problemas y sembrar el caos en el prado. Un día, mientras Manola y Cloti descansaban bajo un árbol, las moscas comenzaron a reunirse a su alrededor. Moscaria, con su voz zumbante y maliciosa, se acercó a Manola y dijo: "¿Sabes, cabra Manola, que las moscas estamos planeando asolar a tu amiga Cloti? Queremos hacerla pasar por momentos difíciles y sembrar la discordia en el prado". Manola, sorprendida y enfurecida, respondió: "¡Jamás permitiré que lastimen a mi amiga Cloti! Pueden ser pequeñas, pero juntas somos fuertes. ¡No subestimen el poder de la amistad y la solidaridad!" Cloti, asustada, se acercó a Manola y preguntó: "¿Qué haremos, Manola? No quiero problemas ni discordia en nuestro hogar". Manola la tranquilizó y le dijo: "No te preocupes, Cloti. Juntos encontraremos una solución para enfrentar a estas moscas. Debemos unirnos con los demás animales del prado y demostrarles que no permitiremos que sembren el caos". Decididas a proteger a Cloti, Manola y las demás moscas se acercaron a los demás animales del prado, incluyendo a la sabia lechuza llamada Sabio, al ágil zorro llamado Zafiro y al amistoso conejo llamado Cascarón. Les contaron sobre el malvado plan de las moscas y les pidieron ayuda para detenerlas. Sabio, con su conocimiento y experiencia, sugirió: "Quizás podamos utilizar nuestras habilidades y trabajar juntos para evitar que las moscas cumplan su objetivo. Con la astucia de Zafiro, la agilidad de Cascarón y la valentía de Manola, podemos frustrar sus planes". Así, los animales del prado se unieron en una estrategia para contrarrestar a las moscas. Zafiro distrajo a Moscaria y a las demás moscas con su habilidad para correr y saltar, mientras Cascarón utilizaba su velocidad para proteger a Cloti. Manola, por su parte, embistió con fuerza a las moscas, enviándolas lejos del prado. Finalmente, las moscas maliciosas fueron ahuyentadas y nunca volvieron a molestar a Cloti ni a los demás animales del prado. Manola, Cloti y el resto de los animales celebraron su victoria y agradecieron su amistad y lealtad. Desde ese día, las moscas aprendieron una valiosa lección sobre el poder de la amistad y la unidad. Reconocieron que sembrar la discordia solo conduce a la soledad y la derrota. A partir de entonces, trabajaron juntas para proteger y cuidar el prado, convirtiéndose en guardianas de la paz y la armonía. Y así, la cabra Manola, la oveja Cloti, las moscas y los demás animales vivieron felices en el prado, recordando siempre el poder de la amistad y el valor de trabajar juntos para superar cualquier obstáculo. Autor José Pardal

    Thu, 02 May 2024
Mostra altri episodi